LOS ESCRITOS DE MI STÁRETS
viernes, octubre 31, 2003
  SOBRE LAS MADRES

Por el Stárets

Parece que tu preocupación más elemental es cómo vivir una vida en Cristo y ser también ama de casa, esposa y la maestra de tus hijos. Escribiré un poco sobre la vocación de las madres.

En su carta a Timoteo el Apóstol Pablo dice: “La mujer se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”

El Apóstol no dice que el acto y el momento de dar a luz sean el camino de la salvación, sino la vocación de criar niños. Esto es un trabajo, obediencia y servicio, si se puede decir así, que Dios ha asignado a las mujeres como un medio de salvación. El ser una madre es una gran responsabilidad y se debe llevar acabo en la ortodoxia cristiana de acuerdo con los mandamientos de Dios.

Para poder hacer esto, primero debes de aceptar la maternidad como un acto de obediencia a la voluntad de Dios. Deberás renunciar a tu voluntad, deseos y entendimiento, es decir, en este caso a tus propias ideas en cuanto a lo que personalmente es bueno para ti, y en humildad obedecer la voluntad de Dios. Tú has sido una colaboradora con Dios en la creación de un ser humano y Dios te ha confiado el criar esta vida en Él. El fruto de cumplir con una obediencia es la humildad y mientras uno está cumpliendo con una obediencia, a veces hay muchas tentaciones que incitan la rebelión. Esto ocurre, como mencioné anteriormente, porque cuando uno se somete a la voluntad de Dios, se debe cortar nuestros deseos y entendimientos. Entonces si renuncias a ti misma y te adhieres a su voluntad y aceptas la maternidad como su voluntad, podrás en su mayor parte participar de esta obediencia con alegría y sin renegar y rendirás el fruto de la humildad.

El trabajo de servicio que haces por tu familia se puede considerar un sacrificio y obra de piedad por otros. En los escritos de San Barsanuphius y San Juan leemos: “No te desanimes por tus sufrimientos para el bien de la comunidad, porque esto también significa “entregar la vida por nuestros hermanos” (1 Juan 3:16) y espera que la recompensa sea grande. Como el Señor puso a José en Egipto cuando hubo una gran hambruna para que alimentara a sus hermanos. Así mismo te puso a ti para que seas de servicio a la comunidad” Es interesante lo que el Señor considera ser la señal del amor más grande que uno puede poseer “Nadie tiene amor más grande que el dar al vida por sus amigos” (Juan 15:13) Estos Santos comparan su trabajo con aquellos que viven con nosotros.

También debes considerar y aplicar a tu vida las palabras previamente mencionadas por el monje athonita quien habló conmigo en cuanto al trabajo de una comunidad monástica. “El anciano hace énfasis en la Liturgia como el centro de nuestras vidas. Esto va de acuerdo con el mandamiento mayor del evangelio: Primero es amar a Dios y el segundo es amar nuestro prójimo como a nosotros mismos. El vivir la Liturgia es vivir por otros más que por nosotros mismos. Por lo tanto es el cumplimiento de este mandamiento. Todos tienen programas diferentes en el monasterio, trabajamos y servimos a la comunidad, nuestro programa no debe ser el buscar las cosas que deseamos o el tener tiempo para nosotros sino el ayudar a otros, sin resistencia alguna, cuando se nos pide”

Espera entonces que, a través de la crianza de tus niños, pueda aumentar la gracia de Dios. No pienses que será fácil, no pienses que estarás libre de luchas y no pienses que estarás libre de tropiezos. No esperes tener una “vida espiritual” de acuerdo a tus propios pensamientos, más bien se obediente y humilde, sacrifícate y lucha, esto te llevará a la santidad. Al hacer esto no sólo te salvarás a ti misma, sino que con tu ejemplo, serás luz para tus hijos y también los guiarás sobre el camino salvífico de los mandamientos del vivificante evangelio. Lucha especialmente para obtener paciencia, reza para que tengas paciencia en la hora de la batalla. No luches contra sufrimientos y situaciones dolorosas, más bien acéptalos y pídele a Dios paciencia. Se paciente, todos los días en todas las cosas. Si puedes hacer esto, entonces podrás obtener el fruto de la paz.


 
  ORACIÓN PARA LAS MADRES

“Señor Jesucristo nuestro Dios, que no viniste a este mundo para ser servido sino a servir y dar tu vida como rescate por muchos. Te imploro que me ayudes, en el ministerio de cuidar los niños que tú me has dado. Permíteme ser paciente en las tribulaciones, para instruir con un espíritu manso y apacible. Para reprender con una mente sobria y tranquilidad interior y para servir en humildad de corazón y amor. Que yo solamente viva en ti, por ti y para ti, mostrando tus virtudes y dirigiendo mi familia por el camino de tus salvíficos mandamientos. Para que te podamos glorificar junto con tu eterno Padre y tu Espíritu Santo y vivificador, en este mundo y en el que está por venir. Amen”


 
MIS TRADUCCIONES DEL STÁRETS SKYPILGRIM@MSN.COM

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