LOS ESCRITOS DE MI STÁRETS
viernes, noviembre 07, 2003
  LA ORACIÓN CON EL KOMBOSKINI

“Señor Jesucristo Hijo de Dios ten piedad de mí pecador”

El Stárets escribe:

Para orar por otros usando el komboskini, normalmente se determinan el número de rezos, y se llevan a cabo como ya te he dicho antes, pero se añade el nombre de la persona en el primer y último rezo. Entre el final y el principio de los rezos se puede decir: “ten piedad de tu siervo” en vez del nombre.

Obviamente puedes usar la misma oración al orar por tus enemigos. También puedes modificar las palabras un poco, por ejemplo, si estás orando por un enemigo que está haciendo un mal evidente contra ti, puedes añadir a la oración: “torna sus corazones al arrepentimiento”

Si estás orando por aquellos que te visitan y están interesados en la Ortodoxia puedes cambiar las palabras de la siguiente forma: “Señor Jesucristo, ilumina tu siervo (nombre) con el conocimiento de la verdad”

 
miércoles, noviembre 05, 2003
  LA GRAN ESPERANZA DE LAS MADRES.

Como madre la gran esperanza para tus hijos es que lleguen a ser santos. Probablemente el gozo más grande, para los que estén en el cielo, sea el de la madre de un santo. En este mundo cuando cualquier persona, no importa quién sea, tiene éxito y otros se alegran junto con esta persona, sin lugar a duda, el gozo más grande lo tiene la madre de este individuo. Entonces pensemos cuan inexpresable sería el gozo, si en el cielo, ves a tus hijos vestidos de la gloria de Dios. Esos niños que fueron concebidos y crecieron en tu vientre, esos niños que cuidaste cuando eran indefensos infantes, a quien instruiste y guiaste en su juventud y por los que oraste mucho en los tempos de dificultad, aun si no fueren santos grandiosos, el verlos vestidos de la gloria de Dios en el Reino de los Cielos; ¡será un gran gozo! Sólo una madre puede saber esto, nadie más, porque este gozo lo ha reservado Dios, especialmente, para las madres del cielo.

“De acuerdo a la ortodoxia, los evangelios dicen que el propósito principal de la vida es la teosis, esto es el llegar a la unión con Dios, todo lo demás en la vida será una consecuencia; y que Dios vino en la persona de Jesucristo para que el hombre pudiera ser dios, por gracia obviamente. Así como todos los santos que han adquirido la unión con Dios pueden ser como Él, nosotros también, debemos tratar de ser como los santos. Como un ejemplo en esta vida tenemos primero a Cristo, quien fue el primer santo, y después todos los santos posteriores a Él; seres humanos divinos. Cuando ves a los santos observas lo que es una persona consagrada, los santos son respectivos seres humanos, verdaderos y auténticos, seres humanos espontáneos y genuinos: Somos nosotros los que nos inclinamos a la falsedad. Pienso que podemos vencer esta falsedad en la Iglesia”

A fin de cuentas, este es el llamado de todo cristiano, ya sea obispo, sacerdote, monje o laico. La manera en que uno vive este llamado es diferente para todos, sin importar quién sea el padre espiritual, el llamado es el mismo. Es el cumplimiento de los votos que se hicieron durante el bautismo. ¿Pero cómo, una madre con muchos niños, puede dedicarse a esto?

El Apóstol Juan el Teólogo escribe: “como Él es, así somos nosotros en este mundo” Debemos vivir una vida en Cristo. Debemos de actuar como Él lo hizo en su vida terrenal. Debemos cumplir con los mandamientos de su evangelio. Cristo dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama, será amado por mi Padre, y le amaré, y me manifestaré a él” ¿Pero cuál es vinculo con una madre y sus hijos que viven en un mundo secular? Cristo nos dijo que nos amemos unos a otros y Él dijo que no vino a que le sirvieran sino a servir. Además, Él no sólo predicó con palabras, también enseñó con su ejemplo. Lavó los pies de sus discípulos y también les sirvió en el mar de Tiberia después de su resurrección. Cristo también dice: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” Una madre está llamada a dar la vida por sus hijos; esto es un gran acto de amor. No es algo que se hace de medio tiempo o sólo por unos cuantos años, es durante toda la vida. Por este servicio, a razón de este sacrificio, podemos decir de ella, “como Él es así (son ellas) en este mundo” No obstante, esto se debe hacer como un acto de humilde sumisión a la voluntad de Dios con mucho amor; esto atraerá la gracia de Dios. Como resultado de esta lucha podrás adquirir virtudes como: paz, paciencia, humildad y amor. Estas son las mismas cosas que un monástico anhela, pero su camino hacia estas virtudes es diferente. El que tiene estás virtudes tiene a Dios. El que vive de esta forma vive en Dios.

Otra aparente preocupación es la dificultad para dedicarte a una vida de oración profunda, al ser madre y ama de casa. Para tener una vida de oración profunda, uno tiene que alcanzar cierta libertad del dominio del pecado. De tal manera que ocurra una transformación divina en nuestro interior para que la gracia brote en nuestro corazón, siendo más o menos un estado continuativo; esto ocurre cuando la oración está arraigada en una persona. Reza lo más que puedas bajo el papel de madre y esposa, pero no te desanimes por no tener el tiempo que deseas para una vida de oración más profunda. La oración se profundizará mientras el largo proceso de crucifixión del viejo hombre se lleva a cabo. Cuando se adormezcan las pasiones la oración florecerá en el corazón. Tu ascetismo está en la perseverancia de los mandamientos de Dios, en el papel maternal como mencionamos anteriormente. Sobre todo, se paciente, todos los días y en todas las cosas.
 
viernes, octubre 31, 2003
  SOBRE LAS MADRES

Por el Stárets

Parece que tu preocupación más elemental es cómo vivir una vida en Cristo y ser también ama de casa, esposa y la maestra de tus hijos. Escribiré un poco sobre la vocación de las madres.

En su carta a Timoteo el Apóstol Pablo dice: “La mujer se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”

El Apóstol no dice que el acto y el momento de dar a luz sean el camino de la salvación, sino la vocación de criar niños. Esto es un trabajo, obediencia y servicio, si se puede decir así, que Dios ha asignado a las mujeres como un medio de salvación. El ser una madre es una gran responsabilidad y se debe llevar acabo en la ortodoxia cristiana de acuerdo con los mandamientos de Dios.

Para poder hacer esto, primero debes de aceptar la maternidad como un acto de obediencia a la voluntad de Dios. Deberás renunciar a tu voluntad, deseos y entendimiento, es decir, en este caso a tus propias ideas en cuanto a lo que personalmente es bueno para ti, y en humildad obedecer la voluntad de Dios. Tú has sido una colaboradora con Dios en la creación de un ser humano y Dios te ha confiado el criar esta vida en Él. El fruto de cumplir con una obediencia es la humildad y mientras uno está cumpliendo con una obediencia, a veces hay muchas tentaciones que incitan la rebelión. Esto ocurre, como mencioné anteriormente, porque cuando uno se somete a la voluntad de Dios, se debe cortar nuestros deseos y entendimientos. Entonces si renuncias a ti misma y te adhieres a su voluntad y aceptas la maternidad como su voluntad, podrás en su mayor parte participar de esta obediencia con alegría y sin renegar y rendirás el fruto de la humildad.

El trabajo de servicio que haces por tu familia se puede considerar un sacrificio y obra de piedad por otros. En los escritos de San Barsanuphius y San Juan leemos: “No te desanimes por tus sufrimientos para el bien de la comunidad, porque esto también significa “entregar la vida por nuestros hermanos” (1 Juan 3:16) y espera que la recompensa sea grande. Como el Señor puso a José en Egipto cuando hubo una gran hambruna para que alimentara a sus hermanos. Así mismo te puso a ti para que seas de servicio a la comunidad” Es interesante lo que el Señor considera ser la señal del amor más grande que uno puede poseer “Nadie tiene amor más grande que el dar al vida por sus amigos” (Juan 15:13) Estos Santos comparan su trabajo con aquellos que viven con nosotros.

También debes considerar y aplicar a tu vida las palabras previamente mencionadas por el monje athonita quien habló conmigo en cuanto al trabajo de una comunidad monástica. “El anciano hace énfasis en la Liturgia como el centro de nuestras vidas. Esto va de acuerdo con el mandamiento mayor del evangelio: Primero es amar a Dios y el segundo es amar nuestro prójimo como a nosotros mismos. El vivir la Liturgia es vivir por otros más que por nosotros mismos. Por lo tanto es el cumplimiento de este mandamiento. Todos tienen programas diferentes en el monasterio, trabajamos y servimos a la comunidad, nuestro programa no debe ser el buscar las cosas que deseamos o el tener tiempo para nosotros sino el ayudar a otros, sin resistencia alguna, cuando se nos pide”

Espera entonces que, a través de la crianza de tus niños, pueda aumentar la gracia de Dios. No pienses que será fácil, no pienses que estarás libre de luchas y no pienses que estarás libre de tropiezos. No esperes tener una “vida espiritual” de acuerdo a tus propios pensamientos, más bien se obediente y humilde, sacrifícate y lucha, esto te llevará a la santidad. Al hacer esto no sólo te salvarás a ti misma, sino que con tu ejemplo, serás luz para tus hijos y también los guiarás sobre el camino salvífico de los mandamientos del vivificante evangelio. Lucha especialmente para obtener paciencia, reza para que tengas paciencia en la hora de la batalla. No luches contra sufrimientos y situaciones dolorosas, más bien acéptalos y pídele a Dios paciencia. Se paciente, todos los días en todas las cosas. Si puedes hacer esto, entonces podrás obtener el fruto de la paz.


 
  ORACIÓN PARA LAS MADRES

“Señor Jesucristo nuestro Dios, que no viniste a este mundo para ser servido sino a servir y dar tu vida como rescate por muchos. Te imploro que me ayudes, en el ministerio de cuidar los niños que tú me has dado. Permíteme ser paciente en las tribulaciones, para instruir con un espíritu manso y apacible. Para reprender con una mente sobria y tranquilidad interior y para servir en humildad de corazón y amor. Que yo solamente viva en ti, por ti y para ti, mostrando tus virtudes y dirigiendo mi familia por el camino de tus salvíficos mandamientos. Para que te podamos glorificar junto con tu eterno Padre y tu Espíritu Santo y vivificador, en este mundo y en el que está por venir. Amen”


 
MIS TRADUCCIONES DEL STÁRETS SKYPILGRIM@MSN.COM

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